SÁBADO 12 DE MARZO DE 2011
El día amaneció lluvioso, quizás como preludio de todas las lágrimas que se esperaban derramar. En el desayuno se respiraba una tensión que cuesta trabajo describir, era el sentir colectivo de que teníamos que abandonar nuestro querido pueblo. En tan poco tiempo habíamos hecho nuestro aquel lugar y nos costaba desprendernos de la tierra y de sus habitantes, que en definitiva eran nuestros AMIGOS/AS.
Se fueron recogiendo y ordenando los cuartos y demás instalaciones, con la idea de que sus futuros habitantes se lo encontraran todo perfecto. A las 9.30 llegaron los autobuses y comenzaron las temibles despedidas.
Posteriormente a las 10.00 horas los autobuses iniciaron su viaje hacia sus respectivos lugares de origen. Todos y cada uno de nosotros llevábamos en nuestro interior el convencimiento de haber aportado lo mejor de nosotros. El esfuerzo colectivo inspiró ganas de soñar y de volver a repetir la experiencia educativa. Por último señalar que el concepto de EDUCACIÓN se abrió mucho más para nosotros/as; entendimos el valor de compartir, de descubrir, el sentir para comprender lo diferente, el darle importancia a todo aquello que poseemos y en definitiva crear redes de amistad.
En palabras de Eduardo Galeano:El día amaneció lluvioso, quizás como preludio de todas las lágrimas que se esperaban derramar. En el desayuno se respiraba una tensión que cuesta trabajo describir, era el sentir colectivo de que teníamos que abandonar nuestro querido pueblo. En tan poco tiempo habíamos hecho nuestro aquel lugar y nos costaba desprendernos de la tierra y de sus habitantes, que en definitiva eran nuestros AMIGOS/AS.
Se fueron recogiendo y ordenando los cuartos y demás instalaciones, con la idea de que sus futuros habitantes se lo encontraran todo perfecto. A las 9.30 llegaron los autobuses y comenzaron las temibles despedidas.
Posteriormente a las 10.00 horas los autobuses iniciaron su viaje hacia sus respectivos lugares de origen. Todos y cada uno de nosotros llevábamos en nuestro interior el convencimiento de haber aportado lo mejor de nosotros. El esfuerzo colectivo inspiró ganas de soñar y de volver a repetir la experiencia educativa. Por último señalar que el concepto de EDUCACIÓN se abrió mucho más para nosotros/as; entendimos el valor de compartir, de descubrir, el sentir para comprender lo diferente, el darle importancia a todo aquello que poseemos y en definitiva crear redes de amistad.
Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.
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